
Durante décadas, el teflón fue sinónimo de practicidad en la cocina. Las sartenes antiadherentes han sido un elemento básico en todo el mundo gracias a su practicidad: permiten cocinar con poca grasa, son fáciles de limpiar y ofrecen buenos resultados en pocos minutos. Sin embargo, detrás de esta comodidad se esconde un riesgo que cada vez preocupa más a científicos, médicos y consumidores: el teflón y las sustancias químicas que lo componen.
Diversos estudios han relacionado la exposición a estas sustancias con problemas de salud que incluyen alteraciones hormonales, reducción de la fertilidad, afectaciones al sistema inmunológico e incluso mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Por ello, organizaciones de salud y medioambientales recomiendan reducir el contacto con estos compuestos y optar por alternativas más seguras para cocinar.
Todo sobre el teflón: qué dicen los estudios y la regulación
El teflón es el nombre comercial del politetrafluoroetileno (PTFE), un material sintético que recubre muchas sartenes para evitar que los alimentos se peguen. Si bien en condiciones normales de uso puede ser seguro, el problema surge cuando se somete a temperaturas muy altas o el recubrimiento se deteriora con el tiempo. En esas circunstancias, puede liberar compuestos potencialmente tóxicos, entre ellos los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas), conocidos por su persistencia en el medio ambiente y su acumulación en el organismo humano.
De hecho, estudios científicos recientes y documentales como Dark Waters revelaron lo que la industria prefirió ocultar: el uso de compuestos como el PFOA y otros PFAS —conocidos como “químicos eternos”— está relacionado con problemas graves de salud, incluyendo cáncer, infertilidad, trastornos hormonales y daños hepáticos.

Teflón, químicos y salud
Casi todas las personas tienen PFAS detectables en la sangre, según la Agencia de Toxic Substances and Disease Registry (ATSDR, 2022). Estas sustancias, presentes en el teflón y otros recubrimientos antiadherentes, son denominadas “químicos eternos” por su capacidad de permanecer durante décadas o incluso siglos en el ambiente y acumularse en el organismo con efectos irreversibles (EPA, 2022).
No es un dato menor: según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) advierte que la exposición a PFAS se asocia con cáncer de riñón y testículo, daños hepáticos, infertilidad, alteraciones hormonales y problemas en el desarrollo infantil.
Como si fuera poco, el impacto no se limita a la salud: limpiar la contaminación por PFAS en Europa podría costar más de £1,6 billones en los próximos 20 años, según un informe publicado en The Guardian en 2025.
Por todo ésto, el Parlamento Europeo ya avanza con regulaciones para prohibir su uso, a través de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, 2025).
El peligro de las sartenes rayadas o dañadas por el uso
Una sartén rayada puede liberar miles de micropartículas invisibles que terminan en la comida. Con el calor, esos químicos migran al cuerpo y se acumulan. “Lo más preocupante es que muchos no lo saben. Creen que están eligiendo comodidad, pero están cocinando con sustancias realmente dañinas”, advierte Federico Schaer, cofundador de KANKAY, la marca número uno en sartenes de hierro en Argentina.
Tomás Beutin y Federico Schaer eran dos amigos que compartían la pasión por la cocina y la parrilla. Tras conocerse trabajando juntos en una pyme, decidieron emprender en un proyecto que combinara tradición, sostenibilidad y diseño. Así nació KANKAY, con el objetivo de ofrecer utensilios de cocina duraderos y saludables.
La empresa se especializa en la fabricación de sartenes 100% hierro y utensilios de materiales nobles, sin químicos ni agregados, promoviendo una cocina más saludable y consciente. KANKAY ha logrado expandirse internacionalmente, exportando sus productos a diversos países y posicionándose como un referente en utensilios de acero al carbono.

A diferencia del teflón, el hierro no contiene recubrimientos, no libera sustancias tóxicas y está hecho para durar por generaciones. En un contexto donde la alimentación consciente gana protagonismo, cada vez más médicos, nutricionistas y cocineros recomiendan reemplazar los utensilios con antiadherentes por materiales nobles. “Es tan importante el qué comemos como el dónde lo cocinamos. Cocinar con teflón tiene un precio muy alto. Cambiar la sartén no es un gesto menor, es pensar en uno y en su familia”, señala Tomás Beutin, también fundador de la marca.
En países como Estados Unidos, ya existen demandas millonarias contra las empresas que fabricaban estos productos sin advertir sus consecuencias. “Cada vez me llegan más consultas sobre dónde cocinar los alimentos. No recomiendo usar teflón porque considero que atenta contra la salud. Mientras que cocinar con otros materiales nobles, como por ejemplo el hierro, es altamente beneficioso”, explica Giselle San Martín, licenciada en Nutrición.
Un invento bélico que terminó en tu cocina
El teflón fue descubierto por accidente en 1938 por un químico de DuPont, mientras investigaba gases para refrigerantes vinculados al desarrollo armamentístico. Su capacidad para resistir calor y evitar la adhesión lo volvió útil en aplicaciones militares, incluyendo el Proyecto Manhattan —la operación secreta que dio origen a la bomba atómica—. Décadas después, el material ingresó a millones de cocinas sin estudios suficientes sobre su impacto en la salud.
Según una investigación publicada por Smithsonian Magazine, la empresa ocultó durante años evidencia sobre los efectos nocivos del PFOA, uno de los compuestos clave del teflón, mientras lo comercializaba como una innovación segura y revolucionaria.
La buena noticia: hay mejores opciones
La buena noticia es que hoy existen alternativas igualmente prácticas y seguras que permiten cocinar sin que los alimentos se peguen y sin el riesgo asociado al teflón. Desde opciones de hierro fundido y acero inoxidable hasta sartenes de cerámica de alta calidad, cada una ofrece ventajas para distintos estilos de cocina.
El hierro —utilizado por nuestros antepasados— volvió con fuerza. Este material noble libera pequeñas cantidades de hierro a los alimentos durante la cocción, lo que incluso puede aportar beneficios nutricionales. “No es marketing, es salud. Cocinar no debería enfermarte y es importante que las familias lo sepan”, concluyen desde la marca, que ya vendió más de 70.000 sartenes en Argentina y exporta a ocho países.

Teflón vs. hierro en números
- 99% de los humanos tienen PFAS en su sangre. Fuente: CDC, National Report on Human Exposure to Environmental Chemicals, 2019.
- Décadas o siglos: el tiempo que pueden permanecer los PFAS en el ambiente. Fuente: EPA, 2022.
- +100 años: la vida útil estimada de una sartén de hierro bien cuidada.
- 0% químicos: el hierro no contiene PFOA, PFAS ni ningún recubrimiento.
- 100% industria nacional: las sartenes de hierro de Kankay son hechas en Argentina.
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