Salir del pozo es todo un proceso. A veces el momento de ver la luz estando en el fondo de un hondo pozo oscuro parece imposible de alcanzar. Es tanta la sombra que nos cubre (preocupación, angustia, ansiedad, depresión, etc.) que parece que la muerte nos alcanzará antes de volver a tomar fuerzas para seguir con nuestras vidas.
Las decepciones, las frustraciones, el dolor suelen golpearnos tan fuerte que de pronto nos vemos en un túnel sin salida, dando tumbos y tumbos sin parar.
Es normal mientras estamos en el pozo sentirnos frágiles, desesperados, sentir que "no podemos más". Es normal llorar, sentirse triste, desolado, sin ganas de trabajar, con alteraciones de apetito, con pocos ánimos, sufrir de insomnio, dolores en el cuerpo y otras somatizaciones. Pero no hay que quedarse allí. Hay cosas que podemos hacer:
- Evitá la desesperación. Esta etapa va a terminar, aunque demore.
- Identificá la razón por la que te sentís mal y reconocé que tu malestar tiene un por qué, no lo estás inventando ni lo hacés para llamar la atención.
- Reconocé que no sos de hierro y que tenés derecho a no ser juzgado por estar atravesando esta situación.
- No tengas miedo de mostrar debilidad. El esfuerzo constante que exige fingir bienestar es realmente desgastante.
Facundo Manes: cómo distinguir entre tristeza y depresión
- Contale a alguien confiable cómo te sentí. Desahogate.
- Si aún no te sentís preparado para volver a empezar no lo hagas. Nadie puede obligarte a hacer algo que no querés. Lo harás cuando estés listo.
- Decidí salir del pozo y avanzá poquito a poquito con la seguridad de que una vez que estés mejor recobrarás las riendas de tu vida y, con lo aprendido, las cosas irán mejor.
- Si es de gravedad, preparate para seguir las instrucciones de un profesional, para hacer algunos cambios en tus horarios, alimentación o medicación.
- Buscá ayuda y de ningún modo te quedes con el dolor guardado dentro: dejalo salir.
No existe magia que cure el corazón de un día para el otro, pero existen la fe y la voluntad que harán que definitivamente cure. - Solo decidí empezar a estar bien ¡Ya es hora! Y si ya estás en el camino. ¡Ponele fuerza y no abandones! ¡SALDRÁS DEL POZO!
Qué es y qué no es depresión: el riesgo de patologizar la tristeza
Por Maria Luisa Carpio, psicóloga.