Es una enfermedad que no podemos subestimar, porque su incidencia es alta y su poder de daño es enorme. Argentina es el país con más casos de Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) en niños menores de 5 años: tiene entre 300 y 400 casos anuales, y el grupo de edad más afectado tiene entre 1 y 5 años.
El SUH es una grave enfermedad provocada por una variedad de cepas de la bacteria Escherichia coli y suele dejar secuelas renales de por vida en un porcentaje los niños que la padecen. En algunos casos, puede provocar la muerte.
Argentina se caracteriza por tener un 80% de cepas de E. coli O157 de las denominadas hipervirulentas, una proporción más alta que en otros países del mundo
Cómo se contagia el Síndrome Urémico Hemolítico
Los especialistas destacan que es clave tener presentes cuáles son las posibles vías de contagio y advierten que si bien la carne mal cocida es la causa principal, no es la única. En Argentina es frecuente ver que la bacteria circula en el ámbito familiar.
La Escherichia Coli suele estar en un alimento o en agua contaminada. Puede ser carne cruda o mal cocida, fruta o verdura mal lavada, lácteos no pasteurizados o lácteos a los que se les cortó la cadena de frío.
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La bacteria puede contaminar a una persona si la ingiere o si manipula alimentos contaminados y toca con sus manos contaminadas alimentos listos para servir.
Hay muchos casos en los que la persona puede desarrollar una enfermedad leve como una gastroenterocolitis. El SUH es la forma más grave de enfermedad que pueden producir determinadas cepas de E. coli. También hay muchos casos de personas que son portadores asintomáticos de la bacteria. Pero, mientras la bacteria esté en su organismo, son excretores. De persona a persona, la vía de contagio es fecal–oral.
“Cuando hay un caso de SUH, en la familia hay entre un 40 y un 50% de convivientes con cuadros clínicos de infección sin desarrollar la enfermedad, como puede ser una diarrea”, explica el doctor Eduardo López, infectólogo pediatra y jefe del Departamento de Medicina del Hospital Gutiérrez. “El SUH no se contagia de una persona a otra. Lo que puede circular entre personas (pero no por vía aérea, como una gripe) es la bacteria dentro de un ámbito familiar. Esa bacteria en algunos no hace nada y en otros puede hacer SUH”.
Otra característica de esta bacteria, que tiene una notable efectividad para desarrollar enfermedad cuando ingresa al organismo, es que puede sobrevivir por varias horas en una superficie. Pero con buenas prácticas y adoptando adecuadas medidas de higiene, la bacteria muere.
“Muchas veces en las guarderías se puede ver que hay un caso de SUH y tres o cuatro chicos con gastroenterocolitis“, explica la doctora Paula Coccia, jefa del servicio de Nefrología pediátrica del Hospital Italiano
Qué provoca el Síndrome Urémico Hemolítico
La función normal de los riñones consiste en filtrar los residuos y excretar los líquidos del organismo. La insuficiencia renal aguda es la consecuencia más común del SUH. Produce una pérdida súbita de esa capacidad del órgano urinario para eliminar los residuos, concentrar la orina y conservar los electrolitos.
En el 5 por ciento de los casos, la afectación renal puede resultar crónica o recurrente (eso dependerá del nivel de gravedad que haya adquirido cada paciente) y, en estos casos, es necesario internar y dializar al niño para eliminar los elementos contaminantes de la sangre
Este síndrome puede derivar, además, en anemia y alteraciones neurológicas: lo que se debe lograr es que los chicos no lleguen a estas instancias y al tratamiento que, en definitiva, será sólo de apoyo, porque el síndrome en sí no tiene una cura específica.
Tratamiento
Una vez diagnosticado, el especialista propiciará lo que se denomina "tratamiento de resorte" a fin de contrarrestar los síntomas, en función de la edad, del nivel de gravedad y de la tolerancia a los medicamentos de cada paciente.
La muerte por síndrome urémico hemolítico disminuyó gracias a la precocidad de los diagnósticos y a los nuevos métodos de control de la insuficiencia renal. Hoy, la tasa de letalidad es del 2 por ciento
Síndrome urémico hemolítico: los síntomas
En los primeras días de desarrollo de la enfermedad, los signos que deben motivar la consulta médica son:
- Diarrea
- Sangre en las heces
- Irritabilidad
- Debilidad
- Heces con olor fétido
También se presenta con vómitos, palidez y es notable la disminución de la cantidad de orina: esto puede ocurrir por deshidratación a consecuencia de la diarrea o porque existe una afectación del riñon, producto de la misma enfermedad
Síntomas posteriores:
- Disminución de la orina
- Palidez
- Distensión abdominal o aumento en el perímetro abdominal (debido al agrandamiento del hígado y del bazo)
- Magulladuras
- Erupción cutánea en forma de pequeños puntos rojos (petequias)
- Coloración amarillenta de la piel (ictericia)
- Disminución del nivel de estado consciente
- Convulsiones
Cómo prevenir el Síndrome Urémico Hemolítico
Siempre que un niño menor de cinco años presente un cuadro de diarrea es necesario consultar al pediatra, dado el riesgo de deshidratación. Si, además, es mucosa o mucosanguinolenta puede que se esté en presencia de un caso de Síndrome Urémico Hemolítico.
Según datos del Comité Nacional de Nefrología, el 70 por ciento de los niños que padecen esta enfermedad se recuperan sin secuelas. Sin embargo, es necesario controlarlos regularmente porque, en algunos casos, desarrollan problemas renales o hipertensión como consecuencia tardía del síndrome.
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Cómo prevenir:
- Asegurar la correcta cocción de la carne: la bacteria se destruye a los 70º C. Esto se consigue cuando la carne tiene una cocción homogénea.
- Tener especial cuidado con la cocción de la carne picada.
- Utilizar distintos utensilios de cocina para cortar o tomar la carne cruda y la carne una vez cocida.
- Evitar el contacto de las carnes crudas con otros alimentos.
- Consumir leche, derivados lácteos y jugos de frutas pasteurizados y conservar la cadena de frío.
- Lavar cuidadosamente las verduras y frutas.
- Asegurar la correcta higiene de las manos (deben lavarse con agua y jabón), antes de preparar los alimentos y luego de ir al baño.
- Se sugiere que los menores de 2 años no ingieran comidas rápidas.
- Respetar la prohibición de bañarse en aguas contaminadas.
- Consumir agua potable. Ante la duda, hervirla.
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