Problemas sexuales en la mujer: disfunciones más frecuentes

Los problemas sexuales de la mujer se agrupan bajo la "etiqueta" médica "disfunción sexual femenina". Esta categoría define a un trastorno que se produce cuando hay un cambio significativo en el comportamiento sexual habitual de la mujer. Esto es: cuando disminuyen o incluso desaparecen los pensamientos y fantasías sexuales y se posponen o se evitan las relaciones, cuando la mujer no logra tener un orgasmo o disfrutar, cuando siente dolor.

En general, las cuatro áreas en las cuales las mujeres tienen dificultades son el deseo, la excitación, el orgasmo y el dolor asociado al coito.

Problemas sexuales en la mujer

Algunas mujeres pueden sentir la falta de deseo en ciertos momentos de su vida, por ejemplo, durante el embarazo y el parto, la lactancia y la menopausia, y en periodos de crisis o enfermedades. Para otras, esta situación puede volverse crónica. Los síntomas de lo que se conoce como deseo sexual hipoactivo son la falta de interés en iniciar o participar en actos sexuales, falta de receptividad a la actividad sexual y la ausencia de pensamientos sexuales o fantasías.

Las causas de la pérdida de deseo pueden ser físicas (intervenciones quirúrgicas, desarreglos hormonales y ciertas enfermedades como la diabetes, cardiopatías, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y la depresión); o pueden estar relacionadas con otros factores (medicaciones, métodos anticonceptivos, cansancio, estrés, cambios de humor, obesidad, la relación con la pareja, episodios sexuales traumáticos, consumo excesivo de bebidas alcohólicas y drogas).

Hasta el  momento, no hay ningún tratamiento válido y efectivo para todas las mujeres. Es clave un buen diagnóstico de la naturaleza del problema para tratar a cada mujer. Dependiendo del tipo de problema, se pueden analizar los niveles hormonales, evaluar situaciones clínicas, etc. Las opciones básicas de tratamiento son las terapias sexual, psicosexual y farmacológica.

La terapia farmacológica está basada en parches transdérmicos de testosterona que liberan gradualmente dosis muy bajas de la hormona, lo que mantiene niveles estables de la misma y reduce los efectos secundarios (acné, vello corporal) asociados a otros sistemas de administración como las inyecciones. Los parches aumentan en más de un 50% tanto la actividad sexual. Además, hay mejoras también en la excitación, el orgasmo y el placer.

Factores que pueden dificultar la excitación

Durante la excitación sexual se dan una serie de cambios físicos. El clítoris (la parte sensible de los genitales exteriores que responde a las caricias) se agranda debido a la entrada de sangre. La estructura interna de la vagina también se alarga e hincha en su parte superior para acomodar la penetración. Otro cambio es el incremento de la lubricación de la vagina. Esto también facilita la penetración y ayuda a evitar cualquier sensación de incomodidad durante el coito. La excitación no sólo es corporal sino también mental.

Se requiere una adecuada cantidad de hormonas para poder sentirnos   sexualmente excitados

Un problema físico puede dificultar o impedir que esto ocurra si existe algo que interfiera con el flujo de sangre o las terminaciones nerviosas en la zona genital. Las causas podrían ser la diabetes, enfermedades coronarias o aterosclerosis.

Dolor asociado al coito: dispareunia

  • Dispareunia profunda: Las causas principales pueden incluir enfermedades inflamatorias de la pelvis, cirugía ginecológica o pélvica, radioterapia para tumores ginecológicos, tumores uterinos o vaginales y fibroides, endometriosis (engrosamiento de la pared de la matriz), infecciones del tracto urinario, quistes de ovario, falta de lubricación o alguna infección de transmisión sexual. También puede ser la consecuencia de una determinada postura durante el coito en la que la penetración sea mayor.
  • Dispareunia leve: es común y tiene muchas causas. Los síntomas pueden ser el escozor o ardor y la zona puede estar inflamada e irritada. Este dolor puede también sentirse en otros momentos, además de durante el coito, por ejemplo, durante actividades como caminar, correr o montar en bicicleta. Cualquier problema dermatológico también puede afectar a la zona alrededor de la vagina, como eczema, verrugas, psoriasis y liquen escleroso, que hace que la piel se retraiga y se haga más frágil. Otras causas pueden ser herpes y úlceras vaginales. La intolerancia a los espermicidas y los condones de látex, así como ciertos jabones, también pueden producir irritaciones.

Pueden desencadenar estos problemas diferentes causas: la creencia de que la vagina es demasiado pequeña, sentimientos negativos sobre el sexo y la sexualidad, abuso sexual previo, traumas vaginales (como el parto), un primer coito doloroso, problemas en la relación, miedo a quedarse embarazada y creencias religiosas estrictas.

  1. Vaginismo: Suele considerarse una respuesta condicionada y que puede estar relacionada con la anticipación de dolor en el coito.
    Tipos de vaginismo:
  2. Vaginismo primario: Cuando la mujer nunca ha experimentado la penetración vaginal.
  3. Vaginismo secundario: Cuando la mujer ha tenido experiencia de penetración pero lo ha desarrollado posteriormente.

Tratamientos para las disfunciones sexuales

Existen soluciones efectivas para tratar el vaginismo. La mayoría incluye el tratamiento terapéutico por parte de un psicólogo o sexólogo. La terapia sexual ha demostrado gran efectividad en los casos de vaginismo.

Los entrenadores (dilatadores) vaginales están fabricados en plástico y son de cuatro tamaños graduados. Se trata de cilindros huecos con terminaciones redondeadas que permiten llevar a cabo el tratamiento de forma suave y progresiva. Se comienza utilizando el más pequeño y poco a poco se va subiendo el tamaño hasta que se consigue introducir el tamaño más grande, fácil y cómodamente. Sin embargo, algunas mujeres no se sienten cómodas y prefieren usar sus propios dedos para esta terapia. El índice de éxito de esta terapia es muy elevado.

Las razones psicológicas que provocan el vaginismo deben ser tratadas. El tratamiento puede incluir técnicas de relajamiento, el uso de imágenes visuales, ejercicios de tipo pélvico y programas de comportamiento cognitivo.

El orgasmo como dificultad

El orgasmo es una experiencia que admite muchas variedades. Cuando ocurre puede ser muy distinto cada vez incluso en la misma mujer. No se conocen sus motivos. Ser consciente del propio cuerpo y sus respuestas sexuales es algo fundamental para que se produzca.

La incapacidad para alcanzar el orgasmo después de una estimulación sexual apropiada puede ser algo preocupante para una mujer y su pareja. La mujer puede experimentar sentimientos de fracaso e inseguridad y también puede recriminárselo a su pareja.

Dificultades primarias: aquellos casos que nunca han tenido un orgasmo. Es común y se da con más frecuencia en las mujeres jóvenes.

Dificultades secundarias: han alcanzado el orgasmo en ocasiones anteriores pero luego ha surgido la dificultad.

Múltiples factores pueden influir para que una mujer tenga problemas para alcanzar el orgasmo: una mala comunicación sexual, miedo, escasa o inadecuada estimulación sexual, dificultades en la relación, experiencias sexuales traumáticas en el pasado, problemas psicológicos, etc.

La capacidad para sentir el orgasmo se va incrementando con la edad y una vez que se ha aprendido normalmente no se olvida. Igual que la excitación sexual, el orgasmo puede sentirse en el cerebro además del cuerpo.

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