Se espera que la FDA tome una decisión este jueves que podría afectar a más de seis millones de personas mayores de 65 años que luchan contra la enfermedad de Alzheimer en EEUU. Leqembi sería el primer fármaco destinado a retrasar la progresión de este tipo de demencias.
Actualmente no existe una cura para el Alzheimer, pero cuanto antes pueda detectar signos de la enfermedad mejor, ya que se puede frenar o postergar su avance. Es más: los nuevos conocimientos sobre la relación del microbioma intestinal con la demencia pueden ayudar con la detección temprana. Por eso muchas investigaciones avanzan en esa dirección.
En mayo, el laboratorio Eli Lilly and Co. destacó que su fármaco experimental contra el Alzheimer pareció retardar el empeoramiento de la enfermedad en un amplio estudio.
En el ensayo de 18 meses, las personas en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer que recibieron infusiones de donanemab mostraron un 35% menos de deterioro en las habilidades de pensamiento en comparación con las que recibieron un fármaco ficticio, anunció Lilly en un comunicado de prensa.
El fármaco está diseñado para atacar y eliminar una proteína pegajosa llamada beta-amiloide que se acumula en placas que obstruyen el cerebro y que son un sello distintivo del Alzheimer.
Leqembi recibió la aprobación preliminar en enero y sería el primer fármaco destinado a retrasar la progresión de la enfermedad de Alzheimer.
Un ensayo clínico mostró que el fármaco redujo la tasa de deterioro cognitivo en un 27% en un estudio de 18 meses que involucró a personas en la etapa inicial de la enfermedad de Alzheimer.
Queda esperar el costo potencial para los pacientes.
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