A todos nos gustaría ser un poco más felices. El problema es que muchas veces lo que determina la felicidad está fuera de nuestro control. Algunos de nosotros estamos genéticamente predispuestos a ver la vida de forma positiva y otros la ven menos colorida. Las cosas malas suceden, a nosotros y en el mundo. La gente puede ser desagradable y los trabajos pueden ser tediosos.
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Pero si tenemos cierto control sobre la forma en la que ocupamos nuestro tiempo libre. Por eso es importante aprender qué actividades de ocio generan felicidad y cuáles no.
Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos por psicólogos de la Universidad de San Diego analizó cómo ocupaban su tiempo libre los adolescentes. El objetivo era comprender por qué habían caído los índices de felicidad de esta generación desde 2012 y entre los adultos desde el 2000.
La investigación descubrió que aquellos adolescentes que pasaban más tiempo con sus amigos en persona, haciendo ejercicio o practicando deportes, yendo a eventos religiosos, leyendo o incluso haciendo la tarea eran más felices. Por el contrario, aquellos que pasaban más tiempo en internet, usando la computadora, en redes sociales, enviando mensajes o haciendo chat de video eran significativamente menos felices.
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En otras palabras, todas las actividades que no involucraron una pantalla estuvieron ligadas a un mayor índice de felicidad. La diferencia era más marcada en los casos de los adolescentes que pasaban más de cinco horas interactuando con el teléfono o la computadora. Estos últimos tenían un 50 por ciento más de probabilidades de ser infelices.
Esto podría significar que quienes son infelices recurren al mundo virtual. Pero no es así: otra investigación descubrió que la relación causal comienza en la pantalla y se extiende hacia los demás aspectos de la vida.
Todas las actividades que no involucran una pantalla están ligadas a un mayor índice de felicidad
Lo mismo ocurre en el caso de los adultos. Otro estudio llevado a cabo por los mismos investigadores descubrió que los adultos presentaban índices más bajos de felicidad que hace diez años mientras aumentó su uso de pantallas y disminuyó la cantidad de sexo. Ambos factores generan infelicidad.
Sin embargo, otro estudio reveló que quienes tienen cero contacto con las redes sociales eran un poco más infelices. Por lo tanto, la respuesta es como siempre, moderación. Usar las redes, internet y las pantallas para algunas cosas puede ser bueno pero no en exceso.