La insuficiencia cardíaca crónica (ICC) es una condición en la que el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre al resto del cuerpo. Es la consecuencia final de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares que no han sido tratadas en forma adecuada. Si bien tiene un alto impacto en la calidad de vida del paciente y una significativa tasa de mortalidad, pocas personas logran diferenciar los síntomas más comunes.
Prevenir, conocer los síntomas y llegar más rápido al diagnóstico y tratamiento mejora la calidad de vida y prolonga la vida
En la actualidad, se cree que 1 de cada 4 pacientes con ICC fallece dentro del primer año después del diagnóstico. Una similar proporción vuelve a ser hospitalizada durante los 30 días siguientes de haber recibido el alta. Además, es una de las principales causas de internación en las personas de mayores de 65 años y causante de la muerte de la mitad de los pacientes mayores de 75 años durante el primer año de hospitalización. La ICC puede afectar a personas de cualquier edad, pero se observa mayor incidencia en la población adulta.
A pesar del impacto que tiene la ICC en la calidad de vida del paciente, se estima que sólo 1 de cada 10 personas es capaz de identificar sus síntomas más comunes: dificultad para respirar, hinchazón de piernas y tobillos (edemas), rápido aumento de peso, y cansancio o fatiga. De ahí la importancia de promover la prevención y llegar más rápido al diagnóstico y tratamiento. “Lo fundamental es la prevención de las patologías por las cuales los pacientes llegan a la IC: hipertensión, diabetes, obesidad, sedentarismo, estrés, tabaquismo, entre otras”, explicó el doctor Sergio Perrone, cardiólogo especializado en Insuficiencia Cardíaca, Hipertensión Pulmonar y Trasplante Intratorácico.
Los síntomas más comunes son dificultad para respirar, hinchazón de piernas y tobillos (edemas), rápido aumento de peso, y cansancio o fatiga
Los datos son alarmantes y cada vez más personas padecen esta patología, producto del envejecimiento poblacional. “El envejecimiento conlleva una mayor morbilidad, deterioro de los órganos, y el sistema cardiovascular no está exento. Los pacientes más añosos, tienen más factores de riesgo (más hipertensión, más dislipemia, más valvulopatías), lo que acelera la tasa de deterioro de la contractibilidad y la relajación ventricular”, explicó por su parte el doctor Guillermo Bortman, Director General de Transplantes Sanatorio Mitre de Buenos Aires, Codirector del Servicio de Transplantes del Htal. Italiano de Mendoza y Director de Cardiología del Htal. de Alta Complejidad Médica de Formosa.
Los especialistas aseguran que el riesgo de mortalidad por insuficiencia cardíaca aumenta con las rehospitalizaciones. “Está demostrado que cada vez que un paciente con IC tiene un episodio de descompensación que lo lleva a una internación y un tratamiento de emergencia, queda un poco más deteriorado de lo que estaba antes. Por eso, cuanto antes se aplique la terapéutica, mejor va a ser el pronóstico para el paciente”, aseguró Perrone. “La falta de tiempo adecuado entre el médico y el paciente para explicarle en detalle qué hacer para evitar la congestión y sus síntomas, es la principal causa que motiva la reinternación. Una buena forma de prevenir esto, es tener parámetros de alta por paciente establecidos”, agregó Bortman.
Importancia de un abordaje integral
La falla cardíaca puede llevar a fallas en otros órganos. Por eso es importante un abordaje integral en el que participen otros especialistas. “El tratamiento de la IC debe incluir un trabajo en equipo de nutricionistas, kinesiólogos, clínicos, cardiólogos, nefrólogos y psicólogos. Se necesita un verdadero gabinete de especialistas para abordar esta enfermedad cada vez más frecuente”, sostuvo Bortman.
La falla cardíaca puede llevar a fallas en otros órganos. Por eso es importante un abordaje integral en el que participen otros especialistas
Además, la insuficiencia cardíaca va acompañada de un gran impacto emocional; así lo demuestra el dato que indica que el 63% de los pacientes reporta síntomas que están relacionados con la depresión, que se suma a su vez a la ansiedad y a la sensación de pérdida de autocontrol que les producen problemas para realizar sus actividades cotidianas. El doctor Bortman aseguró que “los grupos de trabajo que incluyan psicólogos, terapeutas, curadores, y cuidadores ayudan notablemente a evitar las afecciones emocionales de esta enfermedad”. Para el especialista, la discapacidad que ocasiona la IC no es meramente la sensación de no poder y de que falta el aire, sino que se produce además de un mecanismo fisiopatológico que lleva a la pérdida de apetito, caída de la masa muscular, y que se agrava por imposibilidad de realizar ejercicio físico.
Cómo prevenir
Los especialistas coinciden en la importancia de la prevención. Para los mayores de 40 años recomiendan:
· Consultar al médico periódicamente y seguir sus indicaciones
· Tener en cuenta antecedentes familiares
· Estar atentos a enfermedades que puedan derivar en problemas cardíacos
· Realizar actividad física de manera programada
· Tratar de evitar el estrés cotidiano
· Llevar una dieta equilibrada
Frente a una población que cada vez vive más, la insuficiencia cardíaca genera un enorme desafío para la salud. Reconocer sus síntomas para recibir un diagnóstico a tiempo y un tratamiento adecuado, es clave para que los pacientes con esta enfermedad puedan llevar una buena calidad de vida.
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