Procastinación: el peligro de dejar todo para mañana

El prestigioso neurólogo Facundo Manes, en un texto muy interesante sobre la procastinación, arranca que esas genialidades que Quino nos regala con Mafalda: "En la primera viñeta se ve a Mafalda que mira a Felipe parado en su cama, desplegando un poster sobre la pared. En la segunda, a ambos leyendo la frase del póster (“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”) y a Felipe, afirmando: ¡Bueno!. En la última, la del remate, Felipe le dice a Mafalda: “¡Mañana mismo empiezo!

Muchas veces, sigue Manes, "nos encontramos ante una lista de tareas a realizar y, en vez de ponernos en marcha, nos distraemos y perdemos el tiempo haciendo cosas sin importancia. Es decir, procrastinamos: evitamos llevar a cabo nuestras responsabilidades". Nos dispersamos, nos cuesta priorizar, se nos esfuman las horas sin haber avanzado en lo pendiente.

Es algo frecuente, que nos pasa a muchos, y que tiene un nombre: se llama procrastinación, y es el "abandono de nuestros objetivos importantes a largo plazo en pos de una gratificación inmediata", precisa Manes. "Así, postergamos nuestras obligaciones, aún cuando se trata de actividades que disfrutamos y nos resultan placenteras".

El problema es que cuando esta conducta se vuelve frecuente, y es casi un estilo de vida, no sólo nos perjudica a nivel personal y laboral sino que se vuelve un gran obstáculo en la búsqueda de felicidad y plenitud y, a la vez, repercute negativamente en nuestra salud, advierte Facundo Manes.

La procastinación no sólo se vuelve un gran obstáculo en la búsqueda de felicidad y plenitud, sino que repercute negativamente en nuestra salud

"Los procrastinadores suelen desarrollar malos hábitos como dormir mal, hacer poco ejercicio físico y, como consecuencia de la dilación de las tareas, enfrentar altos niveles de estrés. Además, generalmente, no se realizan chequeos médicos porque, por supuesto, pueden esperar", explica.

Mafalda procastinacion

Diversos estudios han abordado la relación entre la procrastinación y las enfermedades cardíacas y han descubierto que están altamente vinculadas y que uno de los principales factores de la hipertensión arterial y la enfermedad cardiovascular es justamente la procrastinación: la poca compasión por sí mismos, el sentimiento de culpa y una mala manera de enfrentar los desafíos son rasgos característicos de las personas que desarrollan estas conductas.

uno de los principales factores de la hipertensión arterial y la enfermedad cardiovascular es justamente la procrastinación

Explica Manes: "Algunas hipótesis sugieren que la procrastinación parte de principios generales de la motivación humana en combinación con ciertos rasgos de personalidad o estados disfuncionales. Uno de ellos es que todas las personas tendemos a evitar las situaciones displacenteras. El segundo principio es que la motivación para llevar a cabo una conducta es inversamente proporcional al tiempo que resta para obtener la recompensa o el resultado de la conducta. Por ello, cuando enfrentamos una tarea que nos resulta difícil o desagradable y disponemos de tiempo (o creemos que tenemos ese tiempo), todos sentimos la tendencia a evitarla o postergarla. La capacidad para resistir a esa tentación depende de rasgos tales como su capacidad ejecutiva, su tendencia a la distracción, o su impulsividad (tendencia a dejarse llevar por la gratificación inmediata). Estados como el estrés, la fatiga, la ansiedad o la depresión también atentan contra nuestra capacidad de resistir la postergación".

la poca compasión por sí mismos, el sentimiento de culpa y una mala manera de enfrentar los desafíos son rasgos característicos de los procastinadores

A todos nos cuestan las cosas. Hay personas que realizan algunas con mayor facilidad y que les cuestan otras. Hay quienes son más organizados y quienes viven en completo caos. En el medio, enorme abanico de opciones. Lo importante es trabajar sobre uno mismo para no demorar aquello que tenemos que hacer y, al dilatarlo, perjudicarnos y/o afectar a otros.

"Alcanzar grandes logros lleva mucho tiempo y esfuerzo -concluye Manes-. Por eso, la mejor estrategia que podemos tener para conseguirlos es avanzar de a poco. La única certeza de no alcanzar alguna vez la cima es si nunca hemos empezado a subir la cuesta".

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