Despertarse en el lado equivocado de la cama es una expresión usada en algunos lugares para indicar que uno ha dormido preocupado o que arrancó el día creyendo que será una jornada estresante. Algo que podríamos suponer que nos afecta, aunque sin ser un gran problema.
Sin embargo, una nueva investigación revela que las personas que se despiertan esperando tener un día estresante pueden afectar su propio funcionamiento cognitivo a lo largo del día, con el simple hecho de anticipar el estrés futuro y poner un cuello de botella mensurable en nuestro poder intelectual.
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En cierto sentido, lo único que hay que temer ante esto parece ser el miedo en sí mismo, porque los investigadores dicen que incluso si las experiencias estresantes que temés nunca ocurren, solo pronosticándolas internamente estás desviando recursos preciosos y limitados de tu energía intelectual.
"Los humanos podemos pensar y anticipar cosas antes de que sucedan, lo que puede ayudarnos a prepararnos e incluso prevenir ciertos eventos", explica uno de los investigadores, el psicólogo cognitivo Jinshil Hyun de la Universidad Estatal de Pensilvania.
"Pero este estudio sugiere que esta capacidad también puede ser perjudicial para su función de memoria diaria, independientemente de si los eventos estresantes realmente suceden o no".
Para probar su hipótesis, el equipo de Hyun reclutó a 240 personas de entre 25 y 65 años para participar en un experimento de dos semanas. Todos los días, los participantes interactuaban con una aplicación de teléfono inteligente para conocer sus niveles de estrés.
Por la mañana, el mensaje pregunta si esperaban que el día siguiente fuera estresante. Luego, cinco veces durante el día, tendrían que calificar sus niveles de estrés actuales. Finalmente, por la noche, responderían sobre si pensaban que el día siguiente sería estresante.Además de medir su estrés actual o anticipado, cada miembro del grupo también tuvo que completar una serie de pruebas de memoria de trabajo durante el día.
Al final del experimento, los investigadores encontraron que los niveles más altos de anticipación de estrés en la mañana se asociaron a una peor memoria de trabajo más tarde en el día, aunque, curiosamente, el estrés anticipado por la noche no era un predictor de peor rendimiento de la memoria operativa el próximo día.
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Los resultados fueron significativos, lo que los investigadores atribuyen a lo que llaman "agotamiento de la atención": los pensamientos estresantes minan nuestros recursos atencionales y deterioran el rendimiento cognitivo que exige atención.
"Es importante destacar que el efecto de la anticipación al estrés fue más allá del efecto de los eventos estresantes que se informó que ocurrieron", escriben los investigadores, "lo que indica que los procesos anticipatorios pueden producir efectos sobre el funcionamiento independiente de la presencia de un factor estresante externo".
Al igual que la gente suele decir que el desayuno es la comida más importante del día, los hallazgos sugieren que la perspectiva emocional de la mañana es una base importante, que se autoperpetúa, de cómo se vería el resto del día.
"Cuando te levantas por la mañana con ciertas perspectivas para el día, en cierto sentido la suerte ya está echada", dice uno de los miembros del equipo, el neuropsicólogo Martin Sliwinski.
"Si crees que tu día va a ser estresante, vas a sentir esos efectos incluso si no sucede nada estresante. Eso no se había demostrado hasta ahora en la investigación, y muestra el impacto de cómo pensamos acerca del mundo."
Los investigadores dicen que ahora quieren investigar el uso de sus hallazgos para desarrollar intervenciones de reducción del estrés basadas en la psicología, pero mientras tanto, es un recordatorio saludable abrazar los pensamientos positivos cuando sale el sol.