Sufrir una lesión en el ligamento cruzado anterior significa que hubo una rotura en ese ligamento, uno de los principales de la rodilla. Las lesiones del ligamento cruzado anterior suelen producirse durante la práctica de deportes que implican detenerse, saltar y cambiar de dirección repentinamente, como sucede en el básquet, el fútbol, el rugby, el tenis, el vóley y la gimnasia.
Cuando ocurre una lesión del ligamento cruzado anterior, muchas personas escuchan un chasquido en la rodilla o sienten que salta. La rodilla posiblemente se hinche, se sienta inestable y duela mucho al soportar peso.
Especialistas de Mayo Clinic, organización sin fines de lucro y dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación nos explican que según la gravedad de la lesión del ligamento cruzado anterior, el tratamiento puede constar de descanso y ejercicios de rehabilitación para ayudar a recuperar la fuerza y la estabilidad, o bien, podría ser de una cirugía para reemplazar el ligamento desgarrado y seguida por rehabilitación.
“Un programa de entrenamiento adecuado puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior”
Síntomas
Los signos y síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior suelen ser:
- Un chasquido fuerte o una sensación de que salta la rodilla
- Dolor intenso e incapacidad para continuar con la actividad
- Hinchazón que aparece a las pocas horas
- Menor amplitud de movimiento
- Sensación de inestabilidad o de que «se sale de lugar» al levantar peso
Consultar al médico
Desde Mayo Clinic, recomiendan buscar atención inmediata si la lesión de la rodilla presenta los signos o síntomas de una lesión del ligamento cruzado anterior. “La articulación de la rodilla es una estructura compleja de huesos, ligamentos, tendones y otros tejidos que funcionan en conjunto.
Es importante obtener un diagnóstico rápido y preciso para determinar la gravedad de la lesión y recibir el tratamiento adecuado” sostienen.
Causas
Los ligamentos son fuertes bandas de tejido que conectan un hueso con otro. El ligamento cruzado anterior, uno de los dos ligamentos que cruza por el medio de la rodilla, conecta el fémur (hueso del muslo) con la tibia (hueso de la espinilla) y ayuda a estabilizar la articulación de la rodilla.
La mayoría de las lesiones del ligamento cruzado anterior ocurren al practicar deportes y hacer actividades físicas que pueden ejercer presión sobre la rodilla:
- Reducir de pronto la velocidad y cambiar de dirección (movimiento brusco de transición)
- Girar sobre el propio eje con el pie firmemente apoyado
- Saltar y caer de manera incorrecta
- Detenerse repentinamente
- Recibir un golpe directo en la rodilla o chocar, como con un tacle en un partido de fútbol americano
Cuando se daña el ligamento, por lo general, se produce un desgaste parcial o completo en todo el tejido. Una lesión leve puede estirar demasiado el ligamento, pero dejarlo intacto.
Prevención
El entrenamiento y los ejercicios adecuados pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior. Un fisioterapeuta, un entrenador atlético u otro especialista en medicina deportiva pueden evaluar, instruir y ofrecer comentario que permitan reducir los riesgos.
Usa calzados y almohadillas que sean adecuados para el deporte que practicas con el fin de que te ayuden a evitar lesiones.
Los programas para reducir las lesiones del ligamento cruzado anterior incluyen:
- Ejercicios para fortalecer los músculos de las piernas, sobre todo los músculos isquiotibiales, a fin de garantizar un equilibrio general en la fuerza muscular de las piernas
- Ejercicios que fortalecen el tronco: las caderas, la pelvis y la parte inferior del abdomen
- Entrenamiento y ejercicios para aplicar las técnicas adecuadas y adoptar las posiciones correctas con las rodillas a la hora de saltar y de volver a tocar el suelo
- Entrenamiento para mejorar las técnicas para girar y dar movimientos bruscos
Factores de riesgo
En una misma actividad deportiva, las mujeres tienen mayor probabilidad de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior que los hombres. Los estudios indican algunos motivos para tal diferencia en el riesgo.
En general, las mujeres deportistas tienen desequilibrada la fuerza en los muslos porque el músculo de la parte delantera (cuádriceps) es más fuerte que los músculos de la parte trasera (isquiotibiales). Los músculos isquiotibiales ayudan a evitar que la tibia se mueva demasiado hacia adelante (movimiento que puede extender demasiado al ligamento cruzado anterior).
Los estudios que comparan las técnicas de salto y caída sobre los pies entre deportistas del sexo masculino y femenino han demostrado que las mujeres tienen mayor probabilidad de caer sobre los pies de forma tal que ejerce más presión en las rodillas.
Las investigaciones indican que el fortalecimiento de los músculos de las piernas, las caderas y la parte inferior del torso, así como el entrenamiento para mejorar las técnicas de salto y de caída sobre los pies, pueden reducir el riesgo de lesionar el ligamento cruzado anterior que suelen tener las mujeres deportistas.
Complicaciones
“Las personas que padecen una lesión del ligamento cruzado anterior corren más riesgo de contraer artrosis en la rodilla, en la que el cartílago de la articulación se deteriora y su superficie suave se vuelve áspera. La artritis puede ocurrir hasta cuando ya se ha pasado por una cirugía de reconstrucción del ligamento” comentan los médicos de Mayo Clinic.
“Es probable que varios factores influyan en el riesgo de artritis, como la gravedad de la lesión original, la presencia de lesiones relacionadas en la articulación de la rodilla o el nivel de actividad después del tratamiento” agregan.