Su documento arroja 75 años, pero su cuerpo lo desmiente. Paul McCartney salta, se mueve, canta tres horas seguidas sobre el escenario. Corre, hace pesas, termina el día con yoga y lleva una vida estrictamente vegetariana desde hace décadas.
Desde que, pescando, vio "cómo un pez se asfixiaba atrapado por su anzuelo", entendió que la vida del animal, era tan importante para él como "la mía para mí". Desde aquel día, hace más de 30 años, no come ningún tipo de carne.
Tampoco usa drogas de ningún tipo ni se obsesiona con entrenadores personales. Simplemente, se cuida. Y disfruta de hacerlo
Cuando está de gira, McCartney recorre continentes con envidiable juventud. Y no hay secretos detrás de ese cuerpo delgado, vital, que le sigue regalando al mundo un show espectacular.
Vegano militante, el artista sigue una dieta vegetariana desde los años 70, complementada con rutinas de yoga y actividad física. "No soy el tipo de persona que necesita un entrenador particular.
Voy y observo lo que ellos hacen y luego les copio. Hago un poco de running, un poco de cardio, algunas pesas, unos abdominales en la bola suiza. Y antes de terminar mis ejercicios hago unos cuantos estiramientos”, confió el ex Beatle.
El autor también se alejó hace muchos años de la marihuana y otras sustancias.
"La última vez que fumé fue hace mucho tiempo. En lugar de fumar un porro, ahora tengo una copa de vino tinto o un buen margarita"
McCartney y su hija Stella se han sumado, desde hace años, a diversas campañas contra el maltrato animal. Su historia de cómo se volvió vegetariano dio la vuelta al mundo tras una entrevista:
"Hace muchos años estaba pescando y cuando estaba recogiendo el cebo con el pobre pez, me di cuenta: 'lo estoy matando y todo por el placer que esto me produce'.
En ese momento algo en mi interior se encendió. Me di cuenta, mientras lo miraba luchando por respirar, de que su vida era tan importante como para mí es la mía".