Cuando nos enteramos de noticias trágicas y horribles como atentado, guerras o delitos espantosos, es habitual sentirnos abrumados, angustiados y pesimistas. La realidad golpea, el morbo nos puede y, para tratar de entender y encontrar alguna forma de alivio al miedo y la ansiedad, estamos pendientes de más y más información. El impacto en la salud es enorme.
Según declaraciones del doctor Mark Williamson a la edición de Reino Unido del HuffPost, "mantener la salud emocional no consiste en vendarse los ojos ante estas tragedias, sino en saber cómo afrontarlas". Es normal estar triste cuando somos testigos del dolor, pero enterarnos de todos los detalles no ayuda en nada a cambiar las cosas. Según Cal Strode, alto directivo de la institución de salud mental Mental Health Foundation, "aunque es importante mantenernos informados e intentar ayudar, también es importante no consumirnos y agobiarnos con estas noticias".
Strode habla del "síndrome del mundo cruel", acuñado por el teórico de la comunicación George Gerbner en su "teoría del cultivo": "Cuanto más tiempo pase la gente viendo noticias o 'viviendo en el mundo de la televisión', más probabilidades tienen de acabar pensando que el mundo es intimidante y despiadado, extendiendo su miedo y su ansiedad entre quienes le rodean".
Aunque siempre hemos tenido acceso a las noticias en la televisión o en el periódico, ahora existen más vías y estamos mucho más conectados que nunca a las tragedias
"En la actualidad, con los móviles y las redes sociales, estamos conectados a tiempo real con todas las tragedias que van sucediendo, por lo que es mucho más difícil mantener unos límites y tomarnos un respiro cuando las noticias nos agobian", dice Strode.
Muchas veces las noticias solo sacan a la luz historias tristes, que son las que acaban circulando por las redes sociales: "El alarmismo vende mucho. Provoca la activación de la amígdala [la parte del cerebro encargada de las emociones y los instintos de supervivencia] y hace que estemos siempre alerta en busca del peligro. Acabamos pensando más en las tragedias, hablando más y prestándoles aún más atención, lo que nos va agotando física y emocionalmente", señala la doctora Laura Thomas, asesora psicológica y experta en adicciones tecnológicas.
También hay noticias positivas entre la marea de noticias trágicas. Para contrarrestar el efecto de las noticias tristes, la doctora Thomas recomienda "buscar también historias de superación y unidad". También señala la importancia de estar en contacto con los seres queridos en la vida real y de reducir el tiempo invertido leyendo noticias o navegando en redes sociales.
El doctor Mark Williamson, por su parte, añade que es necesario mantener una perspectiva equilibrada cuando las noticias se llenan de tragedias: "Sí, suceden muchas cosas horribles a diario, pero el mundo también está lleno de cosas buenas, desde un nuevo avance científico hasta los más pequeños gestos de bondad. Saber llevarlo no consiste en fingir que las cosas van bien cuando no es cierto, pero centrarte demasiado en lo negativo no es sano, y más cuando no está en nuestra mano cambiar lo sucedido. Lo mejor que podemos hacer es abordar el problema desde un punto de vista optimista, aceptando cómo son las cosas, pero sin olvidar que siempre hay esperanza, que todo puede ir (y muchas veces va) a mejor".
Hay un montón de pequeñas prácticas que pueden ayudar a lidiar con el agobio de las tragedias. "Primero, lo básico: tomamos mejores decisiones, ayudamos más a los demás y nos recuperamos antes de las dificultades cuando respetamos nuestras horas de sueño y hacemos algo de ejercicio, aunque sea un paseo para tomar el aire. Seguiremos siendo incapaces de cambiar muchas de las cosas que suceden, pero afrontar los problemas de un modo u otro es decisión nuestra. Por ejemplo, podemos pedir ayuda, podemos estar más atentos a las buenas noticias y podemos mostrar más amabilidad hacia los demás y hacia nosotros mismos", señala el doctor Williamson.
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