La planta de menta es normalmente usada como decorativo para platos y postres o bien para dejar un rico y fresco aroma. Sin embargo, existen muchos beneficios de la menta para la salud que se pueden aplicar de manera casera. En esta nota te contamos cuáles son esas propiedades de esta planta que desconocías.
Beneficios de la menta
Por lo general se cree que los únicos beneficios de la menta es dejarnos un rico aliento o una fragancia fresca en algún postre, trago, golosinas, helados, dulces, salsas, etc. Sin embargo se pueden aprovechar más de sus propiedades desde otro punto de vista.
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La menta, también conocida bajo el nombre científico de Mentha piperita L, es una planta que tiene mucho más que solo un rico aroma. También cuenta con algunos beneficios nutricionales que son positivos para el organismo.
Propiedades de la menta
Gracias a las hojas de la menta, esta planta cuenta con propiedades medicinales derivadas de sus aceites esenciales, monoterpenos, flavonoides, ácidos fenólicos, triterpenos, taninos, carotenos y sales minerales. En ese sentido, la menta es antiinflamatoria, expectorante, analgésica, antibacteriana, antifúngica, anticoagulante, antitusiva, antioxidante y previene el mal aliento, la caries y la gingivitis.
Para qué sirve la menta
Debido a su variedad de características medicinales, la planta de menta logra beneficiar al organismo y aliviar determinados dolores. Una de las muchas finalidades que esta planta tiene es que puede utilizarse con propósitos terapéuticos para los trastornos respiratorios y digestivos. Es más, las digestiones más pesadas y difíciles de procesar se pueden aliviar gracias a las infusiones con hojas de menta.
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Se recomiendan mucho las infusiones de menta después de cada comida ya que su aroma activa las glándulas salivales de la boca y las glándulas que segregan las enzimas digestivas; haciendo que el proceso de digestión sea mucho más llevadero.
A su vez, logra reducir la irritación intestinal que se generan gracias a las afecciones como lo son la enfermedad de Crohn o la colitis.
La menta también beneficia al sistema respiratorio, descongestionando las vías respiratorias y aliviando los trastornos como el asma o los típicos resfriados. Además, debido a que enfría la garganta, la nariz y los demás canales respiratorios con su efecto refrescante, logra calmar las irritaciones que provoca la tos crónica.
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Entre más de los beneficios de la menta, encontramos los siguientes:
- Reduce la hinchazón abdominal ocasionada por las flatulencias y los gases.
- Promueven una buena salud bucal previniendo enfermedades como la gingivitis o las caries.
- Es un buen antiséptico para mantener la buena salud de la piel: aliviar el acné, curar infecciones, aplacar los eczemas, la dermatitis y la urticaria.
- Evita los vómitos y los cólicos abdominales.
- Funciona como antipruriginoso y alivia la picazón.
- Mejora la oxigenación de la sangre gracias a sus efectos anticoagulantes.
- Combate contra el mal aliento.
- Es un producto antifúngico, por lo que ayuda a eliminar los hongos de las uñas y de la piel.
- Cuenta con capacidades analgésicas para aliviar dolores de cabezas como las migrañas.
Tipos de mentas
Las plantas de mentas pueden clasificar en tres diferentes tipos. En primer lugar se encuentra la menta piperita, una planta de menta que se usa terapéuticamente y cuenta con propiedades digestivas, analgésicas, antisépticas, mucolíticas, expectorantes, de expulsión de gases, reducción del colesterol en sangre y de ayuda tras episodios coronarios agudos.
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Este tipo de menta logra aliviar ciertos problemas estomacales como los son los gases, la hinchazón, la indigestión, el mal aliento, los vómitos o los retortijones. A su vez, logra apaciguar los dolores de cabeza el tracto digestivo, el escozor por picaduras de insectos u otras causas, el dolor de dientes, relaja los músculos, enmascara el olor corporal y suaviza la piel.
Por otro lado está la menta spicata o hierbabuena, cuyas características benefician al sistema digestivo. En ese sentido, esta planta logra abrir el apetito o favorecer la digestión. También disminuye los dolores y el sangrado de la menstruación, a calmar el estrés, la ansiedad y la depresión, y también es analgésica y antiséptica.
El tercer tipo de planta de menta es la mentha pulegium o menta poleo, la cual presenta características digestivas, antisépticas, antiespasmódicas, de expulsión de gases, de estimulación del flujo de la bilis hacia el duodeno y como remedio para llagas y heridas. No solo abre el apetito, sino que también mejora la digestión, reduce los gases, los espasmos gastrointestinales, los dolores de cabeza, los sedimentos sólidos que se forman en la vesícula biliar y previene las alteraciones hepáticas.
Contraindicaciones de la menta
Si bien es un producto natural que por lo general tenemos al alcance de nuestras manos, es preferible no aplicarlo en el caso de:
- Mujeres en avanzado estado de gestación o en período de lactancia.
- Niños y bebés.
- Personas que presenten hernia de hiato, úlcera digestiva, acidez de estómago, asma, espasmo de laringe, convulsión febril, epilepsia, aclorhidria o diabetes. Esto se debe a que el mentol de la menta puede agravar los síntomas.
- Personas que presenten alergias a la planta de menta.
El consumo de manera excesiva de la planta de menta es otra de las indicaciones que se pide tener en cuenta ya que puede ser tóxico para la persona. Por otro lado, si se utiliza la menta como un aceite esencial es importante diluirlo correctamente antes de usarlo.
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Algunos de los efectos secundarios que se pueden percibir son la gastritis, problemas respiratorios, las alergias, episodios de insomnio, nauseas, dolor de cabeza, nerviosismo, irritación en la piel, urticaria, abortos espontáneos o cierre de la garganta.
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