Lo sentimos todos pero también lo confirma la ciencia: además de transmitir amor, sostén y cariño, las muestras de afecto a través de abrazos y mimos tienen muchos beneficios para la salud. Quizá por eso, por todo lo que implican y el caudal de entrega que suponen, es una de las cosas que más extrañamos desde que el coronavirus nos impuso una triste (pero temporaria) distancia con el otro. Por eso, hasta que llegue la bendita vacuna, los expertos están explicando cómo podemos ir recuperando el contacto físico con bajísimo o nulo nivel de riesgo de contagio.
El contacto físico nos hace sentir bien y conectar con los demás. Existen números estudios que muestran la relación entre el contacto y el bienestar
Cómo abrazarse durante una pandemia
Hemos visto -y nos hemos emocionado hasta las lágrimas- cómo en muchos lugares la gente fue inventando y creando maneras de recuperar los abrazos en tiempos de Covid-19.
Muchos lloramos ante un video viral que nos acercó las imágenes de una familia que había creado un “guante de abrazo” con una lona transparente que, dotada de mangas, permitía apretarse fuerte contra el pecho y hacerle burla al apestoso virus que se desparramó desde China al resto del mundo. #InYourFaceCoronavirus celebraron y aplaudieron desde todas partes del globo.
Y el ejemplo llegó hasta Tandil, donde los responsables de un geriátrico inventaron un método para que los adultos mayores, angustiados con el correr de los días y la multiplicación de las ausencias, abrazaran fuerte a sus seres queridos y recuperaran un contacto que es tan vital como la misma medicina.
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Por todo ello, y porque no solo extrañamos los abrazos sino que los necesitamos, en una interesante nota de el diario estadounidense The New York Times consultaron a importantes expertos sobre cómo abrazar en tiempos de Covid.
Cómo abrazar en tiempos de coronavirus
Consultada sobre la forma más segura de abrazar durante un brote viral, Linsey Marr, científica de aerosoles de Virginia Tech y una de las principales expertas mundiales en enfermedades transmitidas por el aire, dio precisiones sobre el riesgo de exposición viral durante un abrazo.
Según la experta, "el riesgo de exposición durante un breve abrazo puede ser sorprendentemente bajo, incluso si abrazaste a una persona que no sabías que estaba infectada y tosió".
“No sabemos cuántos virus infecciosos se necesitan para enfermarte, probablemente más de uno. Si no hablás o tosés mientras abrazás a alguien, el riesgo debería ser muy bajo”
Marr explica que existe una enorme diversidad respecto a cuántos virus despide una persona y por qué lo más seguro es evitar la frecuencia de los abrazos. Pero, si necesitás uno, podés hacerlo tomando estas precauciones:
- Usá un barbijo.
- Abrazá al aire libre.
- Intentá evitar tocar el cuerpo o la ropa de la otra persona con tu rostro y tu barbijo.
- No abraces a alguien que esté tosiendo o tenga otros síntomas.
- Apunten sus caras en direcciones opuestas (recordá que la posición de tu rostro es lo más importante).
- No hables ni tosas mientras abrazás y hacelo rápido.
- Tratá de no llorar. Las lágrimas y el goteo nasal incrementan el riesgo de entrar en contacto con más fluidos que contienen el virus.
- Cuando termines de dar ese abrazo que tenías ganas de dar, no demores. Retrocedé rápido para no respirar en la cara del otro.
- Lavate las manos antes y después.
Una médica epidemióloga consultada también por The New York Times coincidió con la importancia de habilitar un abrazo teniendo cuidados. "Si bien algunas de las precauciones pueden parecer un gran esfuerzo para un simple abrazo, las personas necesitan opciones dado que la pandemia nos acompañará por un buen tiempo", comentó Julia Marcus, epidemióloga de enfermedades infecciosas y profesora asistente en la Facultad de Medicina de Harvard.
“Mantener breves los abrazos es particularmente importante porque el riesgo de transmisión aumenta con un contacto más prolongado”
Podés leer: ¿Cuánto valen los abrazos que no nos podemos dar? Lecciones que deja la pandemia de coronavirus
Julian Tang, virólogo de la Universidad de Leicester en Inglaterra, estudia cómo los virus respiratorios viajan por el aire y recomienda sumar una precaución más a un abrazo en tiempos de pandemia: contener la respiración. “La mayoría de los abrazos duran menos de 10 segundos, por lo que las personas deberían ser capaces de lograrlo”, dijo Tang. “Luego retrocedan hasta lograr al menos dos metros de separación antes de hablar de nuevo, para permitirse recuperar el aliento a una distancia segura".
"Aguantar la respiración mientras dura el abrazo, evita que exhales cualquier virus en su zona de respiración si estás infectado y no lo sabés, y también impide inhalar cualquier virus del otro si está infectado sin saberlo”
Por eso, con cuidado, podemos pensar en que vuelvan los abrazos. El contacto físico, cuando es bienvenido, reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés. También incrementa la producción de serotonina, dopamina y oxitocina, hormonas que tienen un importante papel en la sensación de bienestar.
El afecto físico es un excelente antídoto contra las hormonas dañinas que la angustia y la preocupación disparan en el cuerpo. "Es el modo en que nuestros sistemas biológicos comunican entre sí que estamos seguros, que somos amados, y que no estamos solos”, dice Johannes Eichstaedt, científico de computación social y profesor de psicología en la Universidad de Stanford.
Por eso, no tenemos que sacrificarlos al 100% y por tiempo indefinido. Sí tenemos que tener cuidado. Para los besos habrá que esperar a que llegue la vacuna o que los nuevos tratamientos resuelvan el riesgo de alguna complicación.
“El tiempo de exposición de un abrazo es corto a diferencia de la conversación, que puede ser tan larga como queramos”, dice Yuguo Li, profesor de ingeniería de la Universidad de Hong Kong. “Pero no hay que darse besos en las mejillas”, advierte.
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Qué cosas evitar al abrazar a otro en tiempos de Covid
Compartimos los consejos sobre "los sí y los no de abrazar", según los expertos consultados por The New York Times, con dibujos de Federico Argento.
✔️ SÍ: ABRAZÁ mirando en direcciones opuestas
Para un abrazo seguro, de cuerpo entero, giren sus caras en direcciones opuestas. Eso evita que respiren directamente las partículas exhaladas por el otro.
✔️ SÍ: ABRAZÁ usando barbijo
Es importante que ambos usen mascarilla.
✔️ SÍ: PERMITÍ que los niños te abracen alrededor de las rodillas o la cintura
Abrazarse a la altura de la rodilla o la cintura reduce el riesgo de exposición directa y aerosoles, porque los rostros están bastante separados. Existe la posibilidad de que la cara y la mascarilla del niño contamine la ropa del adulto. Así que podés considerar cambiarte de ropa y lavarte las manos después de una visita que incluya abrazos. El adulto debe mirar hacia otro lado para no respirar sobre el niño.
✔️ SÍ: BESÁ a un niño en la parte trasera de la cabeza
De esa manera, el adulto está mínimamente expuesto a la respiración exhalada del niño. El niño podría estar expuesto al aliento de la persona más alta, así que conviene que lo bese con barbijo.
❌ NO ABRACES cara a cara.
Es la posición de mayor riesgo porque las caras están muy juntas. Cuando la persona más baja mira hacia arriba, su aliento exhalado, debido a su calor y flotabilidad, viaja a la zona de respiración de la persona más alta. Si la persona más alta está mirando hacia abajo, hay oportunidad para que las respiraciones exhaladas e inhaladas se mezclen.
❌ NO ABRACES con las mejillas juntas, mirando a la misma dirección.
Esta posición también es de alto riesgo porque la respiración exhalada de cada persona está en la zona de respiración de la otra.
En tiempos de pandemia, lo ideal es reservar esos abrazos para aquellos afectos que necesitás "tocar" y dejar los casuales para cuando el Covid-19 sea, por fin, un viejo recuerdo. Un enemigo derrotado.
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Cuándo volverán los besos y los abrazos
Como sabemos, la principal vía de contagio del nuevo coronavirus es por contacto con las gotas respiratorias que exhalamos al hablar, toser o respirar, que pueden alcanzar una distancia de hasta 2 metros. Por esto es tan importante que mantengamos la distancia social y que evitemos los besos y los abrazos con personas con las que no convivamos.
Para tratar de suplir en algo esta carencia y combatir el duelo de no poder abrazarnos y besarnos como antes hasta que llegue alguna solución terapéutica o el virus se retire de escena, es clave reforzar otras vías de demostración del afecto: las palabras, los gestos, los mensajes.
Ya volverán... Y seguro los valoraremos mucho más después de lo que hemos vivido.
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