Causada por el virus Varicella zoster, la varicela es una enfermedad altamente contagiosa, que si bien la mayoría de las veces tiende a causar un cuadro leve en los niños, puede adquirir gravedad en estos especialmente por sobreinfección bacteriana en los adultos, e incluso ser fatal en ciertos grupos de personas, como los recién nacidos o aquellos que se encuentran inmunocomprometidos.
La varicela suele presentarse durante los meses de invierno y alcanza su pico máximo de casos en la primavera, y también es fuerte su incidencia en otoño; por eso, los expertos resaltan la importancia de tener el calendario de vacunación al día.
“Se estima que produce aproximadamente 400.000 casos nuevos cada año en la Argentina, los cuales se presentan habitualmente en la primera década de la vida. Se estima que un 10% a 15% de la población adulta no ha contraído la enfermedad lo cual habla del carácter altamente contagioso de la enfermedad, y del riesgo del contagio en esta población que habitualmente hace cuadros más graves”, señaló la doctora Ángela Gentile, jefa de la División Promoción y Protección de la Salud del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Una persona con varicela resulta más contagiosa uno o dos día antes de que aparezca la erupción y hasta el momento en que se sequen las ampollas y formen una costra
La varicela suele ser reconocida por su síntoma más visible, que es una molesta erupción en la piel que causa picazón y que da lugar a la aparición de ampollas con líquido. La erupción aparece generalmente en la cara, pecho y espalda, para luego extenderse al resto del cuerpo, y se acompaña de síntomas como fiebre, dolor de cabeza, cansancio y falta de apetito.
Sin embargo, la varicela también puede causar serias complicaciones como la neumonía, la inflamación del cerebro o, incluso, la muerte. En la actualidad, los cuadros graves por varicela siguen ocurriendo en niños y adultos saludables no vacunados; es más, gran parte de los adultos que mueren por varicela contraen la enfermedad por contagio de sus niños no vacunados. “Si bien ha sido considerada una enfermedad benigna, los adultos, las embarazadas, así como los pacientes inmunosuprimidos o con ciertas enfermedades subyacentes, pueden desarrollar complicaciones y tener una evolución grave. Estas complicaciones aumentan con la edad. El virus permanece en el cuerpo por años y puede volver a aparecer más tarde causando una infección por herpes zóster”, explicó Gentile.
El virus se transmite de persona a persona con gran facilidad por vía aérea a través de la gotitas que se expulsan al hablar, toser o estornudar o por contacto directo con las lesiones cutáneas
La vacuna puede ser aplicada a toda persona sana una vez cumplidos los primeros 12 meses de vida. Si bien recordemos que en el Calendario Nacional se aplica a los 15 meses. La ausencia de vacunación contra la varicela queda expuesta por estadísticas como las de los Estados Unidos, país en el que antes de la introducción de la vacuna se reportaban 4 millones de casos al año, de los cuales 10.000 requerían hospitalización y 100 fallecían a causa de la enfermedad.
El tiempo que transcurre desde un posible contagio hasta que aparecen los síntomas (periodo de incubación) oscila entre 10 y 20 días. Inicialmente, aparece sensación de malestar con molestias faríngeas y febrícula que dura 2 o 3 días (pródromos); luego llega el exantema, primero múltiples pápulas eritematosas en cara, tronco y cuero cabelludo, que luego se elevan transformándose en vesículas y posteriormente en costras que se desaparecerán en aproximadamente 2 semanas, generalmente sin cicatrices. Las lesiones pican mucho, y se acompañan fiebre, malestar general, dolor de cabeza y pérdida de apetito.