Cuando se trata de ideas controvertidas, la voz de una persona es más persuasiva que la palabra escrita, según un nuevo estudio.
“La voz humanizante: la palabra dicha revela la presencia de una mente reflexiva en medio de un desacuerdo” es una investigación recientemente publicada en la revista “Psychological Science”, en la que Juliana Schroeder, profesora asistente en la Escuela de Negocios Haas de Berkeley y de la Universidad de Chicago expone el resultado de varios experimentos que ella condujo con voluntarios con quienes trabajó en relación a ideas con las que estaban de acuerdo o en desacuerdo.
En uno de esos experimentos, alrededor de 300 personas vieron, escucharon o leyeron argumentos sobre la guerra, el aborto o la música, asuntos sobre las cuales las personas tienden a tener sentimientos fuertes y definidos.
Después, se pidió a los voluntarios que juzgaran a la persona que había dado el argumento. Quienes estuvieron expuestos a escuchar a alguien con quien no estaban de acuerdo tendieron a "deshumanizar" al comunicador. Es decir, consideraban a la persona como alguien con “una capacidad disminuida para pensar o sentir".
Aquellos que escucharon el argumento, ya sea en un video o archivo de audio, fueron menos desdeñosos que aquellos que leyeron una transcripción de la opinión contraria
Las creencias que se comunican por voz hacen que el comunicador parezca más razonable, incluso humano, según Schroeder. Pero esas mismas creencias se despojan de los elementos humanizadores cuando las opiniones se comunican en una hoja de papel.
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En otro experimento conducido por Schroeder y sus colegas, ocho comunicadores discutieron su apoyo a uno de los dos candidatos principales en las elecciones presidenciales de 2016. Unos 600 sujetos calificaron a los comunicadores al escuchar o leer sus opiniones a través de video, audio, transcripción o texto escrito.
Al igual que en el primer experimento, los voluntarios devaluaron a las personas que comunicaron una opinión con la que no estaban de acuerdo. Pero una vez más, esas evaluaciones se suavizaron cuando las opiniones fueron vistas o escuchadas en lugar de leídas.
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"Cuando dos personas tienen creencias diferentes, hay una tendencia no solo a reconocer una diferencia de opinión sino también a denigrar la mente detrás de esa oposición", escribieron los autores del estudio. "Debido a que la mente de otra persona no puede ser experimentada directamente, su calidad debe inferirse a partir de pistas indirectas".
Esas señales, que involucran las muchas características de la voz humana, están ausentes en la comunicación escrita.
En un estudio anterior, Schroeder organizó un experimento en el que participaron empleadores y reclutadores hipotéticos que miraban, escuchaban o leían comentarios de solicitantes de empleo.
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Al igual que en los experimentos posteriores, los empleadores y los reclutadores "calificaron a un candidato como más competente, reflexivo e inteligente cuando escucharon un discurso en lugar de leerlo". El resultado fue que esas impresiones favorables llevaron a los empleadores hipotéticos a decir que estaban más interesados en contratar al solicitante de empleo.
Schroeder cree que su investigación puede ayudar a explicar, y quizás aliviar, el aumento de las opiniones políticas polarizadas. "De alguna manera, la tecnología está haciendo que nuestras interacciones se basen más en textos", dijo Schroeder.
"Muchas personas reciben la mayoría de las noticias de las redes sociales ahora. Esto puede ser deshumanizante y puede aumentar la polarización. Es fácil imaginar cómo esto podría volverse cíclico, la deshumanización conduce a una mayor polarización que conduce a una mayor deshumanización".