Los casos de repiten, desde Argentina hasta México. A los medios llegan, en general, los peores desenlaces, como ocurrió con hace unos años con las jóvenes argentinas asesinadas en Ecuador o como está ocurriendo ahora con el caso de un joven drogado y abusado por otros dos en un boliche de Capital Federal. Pero las historias de mujeres (y algunos hombres) despertando desnudas en algún lugar u hotel donde no recuerdan haber entrado son muchas más de las que se saben, algo que incluso la ONU ha alertado con insistencia. Mujeres que son drogadas en una fiesta o una reunión y que despiertan agredidas, violadas, con una nube oscura que apaga memoria.
La mayoría de víctimas de las llamadas "drogas de la violación" tiene entre 16 y 25 años. El drama de estas mujeres, en general muy jóvenes, es cada vez más común de un extremo al otro de América Latina. Los casos son más frecuentes en discotecas y festivales.
La historia se repite: "se divertían en un boliche o un festival y después no recuerdan nada". Las víctimas suelen tener menos de 25 años
"Sólo en Ciudad de México, más de 300 mujeres son violadas al año en completo estado de narcosis, y la cifra es cada vez mayor", asegura Laura Martínez, la presidenta de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas (ADIVAC), la única institución civil que atiende los casos de violencia sexual en México.
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En Argentina el número de casos no para de crecer. "Cuando empecé en 2003, las violaciones usando drogas eran raras. Hoy son muy frecuentes. Es muy fácil conseguir estas sustancias", advirtió Maria Elena Leuzzi, al frente de la ONG Ayuda a Víctimas de Violación, una organización que ayuda a las víctimas de abusos sexuales, con sede en Buenos Aires. Cada fin de semana reciben al menos cuatro llamadas de mujeres que describen la misma historia. "Se divertían en un "boliche de barrio" o en una discoteca exclusiva de Buenos Aires y después no recuerdan nada", dicen.
Carlos Damín, director de Toxicología del Hospital Fernández, sostiene que en estos casos es fundamental "hablar de dos sustancias: la burundanga ingerida y del midazolam", y subraya un dato ineludible: "todo se da en el contexto del consumo de alcohol".
Las gotas de burundanga, puestas de una bebida, "producen un cuadro sintomático que puede ser aprovechado, porque causa mareos, presión en el cuello, más presión cardíaca, boca pastosa, sensación de ahogo, desorientación y, dependiendo de la dosis ingerida, puede generar alucinaciones", explica Damin, quien desmiente que esa sustancia o alguna otra, espolvoreada, genere un efecto inmediato.
El midazolam, por su parte, es una medicación de venta bajo receta y produce un sueño rápido y genera amnesia y, al despertar, un gran estado de confusión. Dependiendo de la dosis, el sueño puede durar entre cuatro y cinco horas. Se puede poner en la bebida y/o en la comida y es de fácil disolución.
En Buenos Aires hay cada vez más casos. Y en Ciudad de México el número de violaciones que involucran drogas suman unos 300 casos al año
Desde el año 2010, la ONU advierte sobre el incremento alarmante de las "drogas de la violación" y alerta sobre la aparición de nuevas sustancias. En México es uno de los países donde siguen el tema desde hace años, y coinciden en que existe "un catálogo cada vez más amplio de sustancias psicotrópicas" que se usan para cometer abusos sexuales. El efecto que se busca en la víctima se repite: con drogas, aturden a las jóvenes, quiebran su voluntad, y no sólo las dejan sin ninguna capacidad de resistencia sino que jamás tendrán memoria de lo ocurrido.
En el caso de Latinoamérica, las drogas más utilizadas son las benzodiazepinas, que pueden conseguirse con facilidad. Fue justamente esa la droga que se encontró en los cuerpos de las turistas argentinas María José Coni y Marina Menegazzo, asesinadas en Montañita, Ecuador.
Las drogas usadas por agresores sexuales se disuelven rápidamente en las bebidas y hacen efecto en 10 minutos. Muchas víctimas recuerdan haber conocido a alguien, pero en general no pueden identificarlo
Otra sustancia de la que se habla mucho es la Burundanga, aunque los expertos sostienen que ya casi no se usa para agresiones sexuales. Su principio activo es la escopolamina. Según el Departamento de Salud de los Estados Unidos este alcaloide provoca desorientación, alucinaciones, amnesia y, en dosis elevadas, resulta mortal.
Una droga que se repite en algunos casos de violaciones es el GHB (ácido Gamma-hidroxibutirato) y otras drogas sintéticas. El GHB se ha detectado mucho e playas de la ciudad de Lima. No tiene olor ni color y basta con mezclar dos o tres gotas en la bebida para narcotizar a la víctima.
Los efectos de las drogas pueden durar unas 8 horas. Uno de los problemas al hacer la denuncia es que las evidencias desaparecen pronto. La mayoría de estas drogas se eliminan en menos de 12 horas.
En Europa también preocupa el tema. Según Emilio Mencías, del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de España, 1 de cada 5 violaciones atendidas en los hospitales clínicos de Barcelona y Madrid involucra drogas.
"Los violadores saben qué cantidades les permiten conseguir un estado de sedación y pérdida de memoria. Si se mezcla con alcohol el efecto se potencia", subraya Mencías.
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