Desarrollar una actitud mental de mayor presencia y conexión cuando manejamos un automóvil es necesario para posibilitar una ciudad más ordenada y amigable. ¿Mindfulness para manejar?, te preguntarás. Sí, por supuesto, el entrenamiento necesario para poder tener una actitud distinta en la ciudad.
Manejar en una ciudad puede ser algo desafiante: a la contaminación visual (marketing publicitario), se le suma la conducta vial de los demás conductores, muchas veces poco amable y hasta temeraria y nuestra mente multitasker (hacer varias cosas simultáneamente). Inclusive, el uso de la radio, el celular u otros accesorios puede ser parte del acto de manejar.
Es un entorno complejo, pues. Además, el estado cognitivo-anímico en que nos encontremos puede ser una factor predisponente de riesgo. Emociones internas como el enojo, la tristeza, el cansancio, pueden ser poderosos disparadores de accidentes.
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Cuando pensamos en la importancia de conducir con conciencia y responsabilidad, podemos imaginar que nos movilizamos en pesadísimas naves cuyo impacto, a 60 km por hora, equivale a una caída desde una altura de 14,5 metros. ¡Ni decir a cuánto equivale si uno es el peatón que recibe el impacto de ese auto!
Evidentemente, no somos conscientes de tamaña responsabilidad. A veces eso solo ocurre cuando aprendemos a manejar y sentimos la inmensa responsabilidad de nuestras maniobras. Si no, rápidamente “nos distanciamos” de esa realidad que deberíamos tener más presente.
Una herramienta para “despertarnos”
Un curso de mindfulness para enseñar el valor de la conciencia, la presencia y el respeto por el entorno surge así con claridad. Si debemos convivir en este espacio de incesante intercambio y movilidad vial, cómo no desarrollar una actitud apropiada para protegernos y proteger a los demás ciudadanos.
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Claro que no resulta nada sencillo mantener la atención plena al conducir un vehículo. Los autos vienen cada vez más equipados, la tecnología se supera día a día, cada innovación se experimenta en los nuevos modelos que salen al mercado. Más y mejores equipos de audio, bluetooth, MP3, control de voz, GPS incorporado, manos libres, focalizan la atención y nos hacen olvidar que lo primordial es la conducción consciente del vehículo. Todos estos "beneficios" que la tecnología nos ofrece son muy útiles, pero deben ser utilizados responsablemente.
Conducir de manera consciente y tranquila hace que tengamos experiencias urbanas más saludables y baja el nivel de agresividad en las ciudades
Es cierto, tener mayor control tecnológico puede ser contraproducente en la medida que exacerba cierta omnipotencia al manejar. Debemos estar muy “anoticiados” de esta tendencia mental.
Algunas cuestiones a tener en cuenta en el momento de manejar:
- Observar cómo es nuestro estado de “salida” a la calle cuando estamos por subir al auto: ¿estoy sobrio, estoy emocionalmente estable (o al menos lo mínimo necesario), estoy descansado?
- Una vez en el auto, tomar conciencia hacia dónde voy, por dónde iré y proponerme una conducción consciente.
- Demostrar una conducta amable, especialmente con peatones y personas que se estresan cuando manejan (disminuir uso de bocina, de aceleraciones intimidatorias, de gritos y gestos de agresión).
- Hacer algunas pausas de conciencia plena, por ejemplo cuando frenamos en el semáforo, sintiendo el volante, tomando una respiración profunda y aflojando las tensiones.
- Estar atentos a nuestras reacciones de impaciencia, intolerancia y queja cuando se presentan obstáculos viales.
- Poner atención al entorno que nos rodea sin distraernos, apreciando los cambios visuales, auditivos, olfatorios, etc.
- Agradecernos si terminamos un viaje (en la ciudad o en la ruta) en buenas condiciones y a salvo.
- Martín Reynoso es psicólogo, especialista en Mindfulness y autor del libro “Mindfulness, la meditación científica”, de Editorial Paidós. Su espacio en Facebook se llama Mindful Brains. Lo recomendamos.
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