Luego de que se creyera durante años que los implantes mamarios no tenían incidencia alguna sobre el cáncer, una serie de informes evidenció una asociación entre ellos y un raro tipo de linfoma. Si bien se trataría de un porcentaje muy bajo de casos, la vinculación resultó lo suficientemente sólida como para que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) lanzara el martes pasado una advertencia formal.
La advertencia surgió a partir 359 pacientes y nueve fallecimientos donde los médicos relacionaron la presencia de un cáncer conocido como Linfoma Anaplásico de Células Grandes (ALCL por sus siglas en inglés) con el uso de siliconas e implantes mamarios salinos.
“Toda la información hasta la fecha sugiere que las mujeres con implantes mamarios tienen un riesgo muy bajo pero en aumento de desarrollar ALCL en comparación con las mujeres que no tienen implantes mamarios”, señala el comunicado de la FDA.
De los 359 informes recibidos por la agencia norteamericana desde febrero último, 231 incluían información sobre las características técnicas de los implantes que ha resultado de sumo interés. Y es que en 203 de esos casos las pacientes tenían implantes texturados y en 28, de superficie lisa. En cuanto al tipo de relleno del implante (gel de silicona o solución salina), este no parece tener una incidencia significativa en la presencia de la enfermedad.
Lo mismo señala un informe de la agencia australiana de productos terapéuticos (la Therapeutic Goods Administration), según el cual de 46 casos este tipo de cáncer en mujeres con implantes mamarios, ninguno involucraba prótesis lisas
La mayoría de los casos reportados ante la FDA se registaron entre mujeres que están “sufriendo operaciones tardías de revisión de implantes con un seroma persistente”, un fluido que se desarrolla debajo de la piel. Y si bien el grueso de esos cuadros fueron tratados con la remoción de los implantes, algunas pacientes requirieron además quimioterapia y radiación, detalló la FDA.
De acuerdo con investigadores de la Organización Mundial de la Salud, que ya el año pasado habían advertido sobre esta posible relación, el Linfoma Anaplásico de Células Grandes, que es un tipo de linfoma no Hodgkin, suele diagnosticarse luego de que las pacientes acuden al médico con dolor e hinchazón. Y aunque en promedio tarda unos diez años en desarrollarse tras el implante y suele permanece alrededor de él, también puede estallar y extenderse.
En cualquier caso, la Agencia australiana de Productos Terapéuticos estimó que el riesgo de desarrollar Linfoma Anaplásico de Células Grandes que enfrentan las mujeres con implantes de mama sería de alrededor de 1 caso de cada 10.000.
Dada la baja incidencia de la enfermedad, su par norteamericana no recomienda la extracción de prótesis en pacientes sin síntomas o anormalidades, aunque sugirió que aquellas mujeres que estén considerando ponerse un implante evalúen con sus médicos la relación entre riesgos y beneficios del procedimiento en cada caso particular.