Muchas veces nos sentimos frustrados por no ver los resultados del entrenamiento en nuestro cuerpo. Nos esforzamos y parece que nada pasada. Pero es cuestión de aprender algunos secretos. La práctica de cualquier deporte o actividad física suele estar rodeada de unas ideas preconcebidas que muchas veces no coinciden con la realidad.
- Mito 1: El ejercicio aeróbico adelgaza y las pesas te hacen ensanchar
Cada vez más estudios confirman que el entrenamiento contra resistencia (pesas, gomas, isométricas, TRX, peso corporal…) es más efectivo que el ejercicio aeróbico. Unos músculos tonificados aumentan el metabolismo basal, es decir, la energía que gastamos cuando estamos en reposo. Además, tu musculatura seguirá trabajando 24 horas.
El correcto equilibrio entre aeróbicos y peso es la forma ideal para ejercitarse para estar saludable
- Mito 2: Los carbohidratos engordan
Falso. Lo que nos hace engordar es el exceso de calorías totales. Entre ellas, se encuentran los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas y las bebidas alcohólicas. La principal fuente de calorías la representan las grasas, aportando 9 calorías por gramo, mientras que los carbohidratos aportan 4 calorías por gramo.
El organismo reserva las calorías procedentes de las grasas, mientras que las calorías contenidas en los carbohidratos son más fácilmente quemadas u oxidadas, puesto que son combustible directo para los músculos. Nuestro metabolismo quema los hidratos de carbono de forma diferente para obtener energía, en lugar de almacenarla directamente.
Algo más que debés saber sobre nutrición:
• Las frutas y verduras son la mejor fuente natural de vitaminas, minerales y fibras.
• Las calorías vacías del alcohol se acumulan rápidamente en nuestro organismo, lo cual incrementa la acumulación de lípidos (grasas).
- Mito 3: El agua con azúcar nos quita los dolores musculares
El dolor muscular de aparición tardía aparece cuando practicamos un ejercicio después de haber estado sin ejercitarnos durante un largo periodo de tiempo. Aparece al día siguiente y puede permanecer varios días. Recientes estudios han demostrado que esto no es producto del ácido láctico, sino que es causado por las microrupturas que se producen en las uniones entre músculos y tendones al hacer movimientos fuertes, a los cuales no estamos acostumbrados. Por esta razón, no es útil tomar agua con azúcar.
Por otra parte, si el dolor ya se ha producido, es preferible repetir el mismo ejercicio que lo produjo, pero a menor intensidad, antes que realizar otro distinto.
- Mito 4: Cuanto más grasa comamos, más grasa acumularemos en el cuerpo
El aumento del peso corporal se basa esencialmente en el consumo de más calorías de las que gastamos. Por esto, no debemos contar los gramos de grasa, sino la cantidad de calorías diarias ingeridas, ya que todo exceso calórico se acumulará en forma de grasas. Por eso, no es sólo el exceso de grasa lo que acumula grasa, sino el exceso de calorías.
Sólo en el caso de que una persona que necesita 2.000 calorías diarias para mantener su peso consuma 1600 kilocalorías, entonces logrará reducir su peso corporal. Este déficit calórico debe continuarse hasta lograr mantenerse en el peso ideal.
Para poder perder grasa corporal es necesario crear un déficit calórico mantenido en el tiempo
- Mito 5: La práctica de ejercicio crea adicción
Más verdad que mentira: nuestro cerebro compensa el ejercicio y el esfuerzo liberando endorfinas, por ello sentimos una increíble sensación de bienestar. Cualquier actividad que relacionemos con el placer suele provocarnos adicción. Para ello, el cuerpo tiene mecanismo para producirnos saciedad y cansancio.
Si nuestro cuerpo se habitúa a la dosis de algo, siempre hay que ir cambiando o mejorando para conseguir mejores resultados
- Mito 6: Cuanto más transpiro, más adelgazo
El peso perdido por el sudor es básicamente agua y se recupera tan pronto como nos rehidratemos. Lo que queremos perder cuando adelgazamos es tejido adiposo. Por ello, querer perder peso a base de sudar no es lo más adecuado. Más aún, forzando la sudoración, afectas tu correcto estado de hidratación y haces peligrar tu salud, pero no perdés grasa.
- Mito 7: A más ejercicio, más pérdida de peso
Depende. Si realizas una hora de ejercicio en una máquina estática como puede ser la elíptica, remo o la bicicleta, puedes quemar unas 500/600 calorías. Pero si después comes mucho y alimentos poco saludable, vas a cubrir esas calorías gastadas (y a veces más). Por esta razón resulta súper importante que, al hacer ejercicio moderado, te controles y no devores cualquier clase de alimento como recompensa por el ejercicio realizado.
- Mito 8: El café mejora el rendimiento
Depende. Todo en exceso es malo. Aunque la cafeína nos estimula, también disminuye los reflejos. Ingerir cafeína en exceso puede provocar dolor de cabeza, náuseas, taquicardia y dificultad para dormir. Es cierto que administrada farmacológicamente puede ayudar a economizar las reservas de glucógeno y, por ello, en dosis muy elevadas, es considerada una sustancia dopante.
- Mito 9: La barriga se baja sólo con abdominales
Para bajar la panza, lo primero que debes hacer es llevar una dieta balanceada. Además, debes hacer tareas aeróbicas y continuas, de moderada intensidad. Cuando hayas perdido el exceso de grasa, entonces sí puedes trabajar los músculos con abdominales. Esto pasa porque cuando hay grasa en el tejido subcutáneo (que da prominencia a la zona), hacer abdominales sin un trabajo aeróbico (que degrade grasas) lo único que produce es dar más volumen.
- Mito 10: Después de cierta edad, ya no vale la pena hacer ejercicio
Falso. Es mejor comenzar la costumbre de hacer ejercicio de joven y no interrumpir este hábito, pero también es mejor comenzar ahora, así no lo hayas hecho antes. Cualquier actividad física regular que comiences será beneficiosa, aunque no siempre se ven los resultados tan rápidos como lo que sí recibe una persona de menor edad.
Nunca es tarde para empezar a hacer actividad física. No existe edad para empezar, hoy puede ser el gran día
- Mito 11: La relación entre grasa y músculo aumenta con la edad
Cierto, en términos generales. En realidad, es imposible determinar qué cantidad de este incremento se debe a la edad y cuánto depende de la disminución de la masa muscular que acompaña a la falta de actividad física. La gente de mediana edad que sigue haciendo actividad física tiene un cuerpo mucho más moldeado y magro que quienes son sedentarios, pero aún así tiende a engordar un poco.
Seguir leyendo:
- Yoga para adelgazar: por qué es buena para perder peso
- Pilates: para qué sirve y cómo se practica
- Caminar adelgaza: el complemento ideal de la dieta
- Dieta Dash: la más aconsejada para hipertensos
- Dieta holandesa: cómo es y porqué gana cada vez más popularidad
- Ejercicios para glúteos: cómo tonificar la cola
- Ejercicios en casa para mujeres con poco tiempo