Si bien las fiestas son un momento de celebración y unión, también suelen ser una puerta abierta a los conflictos familiares y personales. Existe tanta gente que las espera con ansias y las disfruta como gente que no ve la hora de que pasen lo más rápido posible. Un especialista nos cuenta las 5 peleas comunes antes de las fiestas que podemos evitar.¿Dónde la pasamos? ¿Tengo que -sí o sí- estar feliz? ¿Quién pone la casa? y otras más.
Lo que sucede es que estas fechas suelen sensibilizarnos, suelen conectarnos con sensaciones y sentimientos con los que no estamos conectados habitualmente. Y en ese sentido los conflictos pueden presentarse puertas adentro con uno mismo o con alguien del contexto familiar. Veamos la visión de un experto en conflictos familiares, el psicólogo Sebastián Girona.
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Los días previos a las fiestas y fin de año, suelen ser momentos de balances, en mayor o menor medida, y muchas veces nos encuentra pensando si pudimos hacer lo que nos habíamos propuesto o si no pudimos. También suele ser un momento del año en donde sentimos con mucha más fuerza la ausencia de los que no están. Todo esto y otras cuestiones hacen que estemos más sensibles que de costumbre. Y que esa sensibilidad aumente las posibilidades de entrar en conflicto con otros.
Muchos temas propician el comienzo y la posibilidad de comenzar con las peleas, el riesgo aumenta por muchos motivos. ¿Cuáles? Muchos problemas aparecen por disputas de poder.
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Peleas familiares comunes previo a las fiestas
Aquí enumeramos los 5 conflictos familiares más comunes que suelen darse en los días previos a las fiestas.
1) ¿En dónde pasamos las fiestas?
Quién pone la casa puede significar un problema: o porque siempre la pone la misma persona o porque hay alguien que nunca ofrece su casa. Por otro lado, también puede suceder que el que ponga la casa ejerza un poder para organizar y controlar lo que se coma y lo que traigan los demás. Lo que sucede es que estas fechas suelen sensibilizarnos, suelen conectarnos con sensaciones y sentimientos con los que no estamos conectados habitualmente.
2) ¿Quién organiza y cocina el menú?
Muchas veces la que pone la casa organiza la comida y esto también puede generar conflictos. Muchas personas se fijan si el esfuerzo que se hace es parejo para todos o si hay alguien que no colabora demasiado.
3) ¿Con quién queremos pasar las fiestas?
Otro conflicto común es que muchas veces terminamos pasando las fiestas con personas que no vemos en todo el año y que no forman parte de nuestra vida cotidiana. Eso genera muy baja motivación para ir. También, si existe alguien que voy a ver y no tolero, tengo más chances de pelearme. Sería bueno que pases las fiestas con quien te sientas cómodo y que sea parte de tu vida todo el año.
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4) ¿Debo estar feliz en las fiestas?
Parecería existir un mandato social que dice que tenemos que estar contentos porque llegaron las fiestas. Si está época del año te encuentra feliz, bienvenido sea, sino es así, sería bueno que respetes lo que sentís y que no te obligues a estar bien, lo que te pasa te pasa y ya llegará el momento en que te deje de pasar.
5) ¿Dejar a los adolescentes elegir donde pasar las fiestas?
Cuando tenemos hijos adolescentes, se presenta un conflicto muy común, ya no quieren ir a la casa de los abuelos o los tíos y quedarse toda la noche...¿Por qué? Es que la mayoría quiere reunirse con sus amigos del colegio o del barrio, o encontrarse con su novio/a y es una situación difícil de conciliar. Por un lado los padres quieren tanto ellos como sus hijos pasarla bien. Pero la reunión familiar pesa en la tradición y las costumbres. Se puede con tiempo tratar de acordar que los jóvenes pasen en familia hasta la hora del brindis y luego llevarlos con sus amigos. Otra opción es que los chicos pasen Navidad en familia y Año Nuevo con sus amigos.
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En definitiva, durante las fiestas, aumenta la exposición familiar mucho más que en otras circunstancias, ya sea con nuestra propia familia y con la familia política y cómo si esto fuera poco, al juntarnos estamos más sensibilizados que de costumbre. Pasarla con amigos o en la intimidad de la familia directa puede ser una buena opción cuando no logramos acordar otras alternativas y así evitar conflictos familiares.
¡Ciudado! No hagamos nada por obligación, escuchemos el deseo de cada uno y tratemos de dialogar y conciliar acuerdos.
- Por Sebastián Girona, psicólogo, especialista en vínculos y divulgador de temas de psicología.
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