El invierno se acerca con sus compañeros habituales. La circulación del virus de la gripe aumentó fuerte esta semana y los organismos gubernamentales y los médicos salieron a instar a los grupos de riesgo a ponerse la vacuna, que está disponible en forma gratuita en los hospitales y salas de salud.
Según revela el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, el número de casos semanales se encuentra en alza, “entre las zonas de brote y alerta”. Por eso los médicos insisten en la importancia de vacunarse contra la gripe.
La gripe, también llamada influenza, es producida por un virus sumamente variable, que cambia constantemente y que es capaz de evadir el sistema inmunológico del organismo y causar una infección.
Es una infección viral que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones. La infección dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.
En 2009, en la pandemia de gripe A, las embarazadas fueron un grupo muy vulnerable para infecciones respiratorias agudas severas y presentaron complicaciones y hospitalizaciones
La mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. Sin embargo, en niños pequeños, personas de edad avanzada y personas con condiciones médicas de base, la infección puede conllevar graves complicaciones de la enfermedad subyacente, provocar neumonía o causar la muerte.
El virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de gotitas respiratorias y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos. Suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales
Gripe estacional: lo que debés saber
Hay tres tipos de gripe estacional: A, B y C. Los virus de la gripe de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus (H y N). Entre los muchos subtipos de virus de la gripe A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A(H1N1) y A(H3N2).
El virus A(H1N1) circulante también se denomina A(H1N1) pdm09, dado que causó la pandemia de 2009 y posteriormente sustituyó al virus A(H1N1) estacional que había circulado hasta 2009. Todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus de la gripe de tipo A.
Los virus de tipo B circulantes pueden dividirse en dos grandes grupos o linajes (B/Yamagata y B/Victoria), y no se clasifican en subtipos.
Los virus A y B circulantes causan brotes y epidemias. Es por ello que en las vacunas contra la gripe estacional se incluyen las cepas pertinentes de virus A y B. Las vacunas antigripales trivalentes incluyen dos cepas A y una cepa B y las vacunas cuadrivalentes incluyen una segunda cepa B y por lo tanto brindan mayor protección.
Los virus de tipo C se detectan con mucho menos frecuencia y suelen causar infecciones leves, por lo que su impacto en la salud pública es menos importante.
La forma más eficaz de prevenir la enfermedad y sus consecuencias graves es la vacunación. Mientras más personas se vacunen, menos podrá propagarse el virus a través de esa comunidad
La vacuna contiene virus muertos que no pueden causar la enfermedad; induce una respuesta inmunológica de manera que el cuerpo desarrolla los anticuerpos necesarios para defenderse de la gripe.
Síntomas
• Fiebre o sensación de estar afiebrado/con escalofríos
• Tos
• Dolor de garganta
• Mucosidad nasal o nariz tapada
• Dolores musculares y corporales
• Dolores de cabeza
• Fatiga (cansancio)
• Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en los adultos.
Quiénes deben vacunarse
Según las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación, las personas que deberían tener prioridad para recibir la vacuna contra la gripe son:
• Personal de la salud
• Embarazadas, en cualquier momento de la gestación.
• Todos los niños de 6 a 24 meses (deben recibir dos dosis separadas por al menos 4 semanas).
• Niños y adultos de 2 años a 64 años con enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos y trasplantados, personas obesas con índice de masa corporal mayor a 40, diabéticos, y personas con insuficiencia renal crónica en diálisis.
• Personas mayores de 65 años.
• Convivientes de enfermos oncohematológicos.
• Convivientes de bebés prematuros menores de 1.500 g. entre otros.